El objetivo de la filosofía es la felicidad. No se trata, sin embargo, de una felicidad que se obtenga a base de drogas, ilusiones o diversiones, ese tipo de felicidad que propicia la sociedad actual, consecuencia de un rígido sistema de ilusiones, mentiras u olvidos. Es aquella felicidad que los griegos llamaban sabiduría, es una felicidad que se obtiene en una cierta relación con la verdad: es decir, una felicidad verdadera.