China incrementa a gran velocidad sus inversiones en todo el mundo. Entre acusaciones de «neocolonialismo» y la exigencia de preservar la seguridad nacional, las empresas chinas –públicas en su inmensa mayoría– siguen ganando posiciones en entornos estratégicos, tanto a nivel geopolítico como sectorial. La crisis en los países desarrollados les brinda una oportunidad de oro. Con unas reservas de divisas estimadas en 4 billones de dólares a mediados de 2014 –la tercera parte del total mundial–, China rastrea el planeta de punta a punta para maximizar beneficios con una visión de largo plazo. Si al principio su inversión se centraba en los recursos energéticos y minerales, ahora busca cada vez más apropiarse también de tecnologías avanzadas y adquirir know how. A estas alturas de la partida, no es descabellado plantear que serán los chinos quienes llegarán primero a Marte y colonizarán la Luna. ¿Colonizarán también la economía española?