Tras los paradigmas del arte-como-texto de los años setenta y el arte-como-simulacro de los ochenta, Hal Foster sostiene que somos testigos de un "retorno de lo real", un retorno del arte y la teoría que buscan asentarse en los cuerpos reales y en los sitios sociales. El libro presenta una lectura original del arte y de la teoría de las tres últimas décadas, con especial atención a las polémicas conexiones entre ambos, y repiensa la relación entre las vanguardias históricas y las neovanguardias. El resultado es una genealogía acreditada del arte y la teoría, desde el minimalismo y el pop hasta el presente. El texto se completa con abundantes ilustraciones.