«Marianela» se articula en torno a la relación entre Nela y Pablo. Nela, marcada por su fealdad y convencida de no servir para nada, encuentra en Pablo al ser que le permite sentirse útil y para el que su aspecto externo no cuenta, porque siendo ciego no existe para él. Pablo no puede concebir que el interior bondadoso y espiritualmente hermoso de Nela pueda ser distinto de su exterior. Está convencido de la belleza de Nela y de su amor por ella. Cuando Pablo recupera la visión, se quiebran ese plácido idilio y las perspectivas de futuro de los jóvenes.