Como repetidamente declaró Federico García Lorca, «Yerma» es una tragedia con un solo tema (la mujer estéril) y un carácter en progresivo desarrollo. A través del largo tiempo dramático, Yerma lucha desesperadamente con su verdad, que cada vez se vuelve más conflictiva y no ceja en ello hasta consumarla. La resolución final -la muerte del marido- es la última defensa de su sueño imposible y una afirmación rotunda de su destino trágico ante la ciega fatalidad.