El poemario se erige con el Premio Alegría 2022 del Ayuntamiento de Santander, encajando perfectamente con la apuesta por la creación de autores jóvenes que siempre se ha hecho desde la colección Adonáis. Tan refranero título que de las bravas me cuido yo, por una parte toma su nombre de uno de los poemas del libro;por otra, responde a una tentativa por parte del poeta de dejar constancia del viaje de la vida, tan cargado de temporalidad. Los cuatro apartados en que se divide el poemario responden a esa idea, sostenida sobre concretos ejes temáticos: la memoria, la migración, distintas experiencias biográficas del autor y, finalmente, la confluencia de todo ello en la piedra como anunciadora de la muerte. En ese proceso, destaca el valor alegórico del agua cualquier acontecimiento sucede en su transcurso, que determina el ritmo de hundimiento y afloramiento de la misma existencia. Construido sobre el poder envolvente de las imágenes, las sorpresivas asociaciones semánticas y una inmensa capacidad de observación, el volumen fluctúa entre un tono tanto lírico como reflexivo, muy en la línea de una tradición artística moderna que abarca desde poetas como Elizabeth Bishop, T. S. Eliot, Wallace Stevens o Antonio Gamoneda hasta el cine de Tarkovski o la música del compositor Brian Eno. Todo un lujo leer este poemario que, además, es dueño de una inusitada belleza expresiva.