Tres monjes budistas caminan dificultosamente bajo una tormenta de nieve. Es de noche. Una débil luz, a lo lejos, anuncia la posibilidad inesperada de un refugio donde calentarse y reponer fuerzas. Así comienza este viaje iniciático que es, en el fondo, una parábola del encuentro y la amistad, de los deseos ocultos y el egoísmo, de la generosidad y la entrega de la vida. Bajo el ropaje de una obra de teatro, la trama avanza con la distancia y la intensidad que imprime la perspectiva zen. Sin apenas darse cuenta, el lector es invitado a convertirse en discípulo que observa los pequeños gestos y las escasas palabras del maestro Shinran para adentrarse en la Verdera Tierra Pura, donde la plegaria insistente del «Nembutsu» es el único requisito para alcanzar la salvación. En la peregrinación del ser humano sobre la tierra, la confiada recitación del nombre santo de Amida porta como regalo la serenidad, la salud y la comunión pacificada con todas las criaturas. Hyakuzo Kurata (1891-1943) fue un dramaturgo de éxito y un reconocido ensayista en la primera mitad del siglo XX.