La verdad del amor es que constituye un profundo consuelo, pero también un monumental desafío. El amor me desafía directamente a dejar de centrarme exclusivamente en mí mismo, haciendo que me olvide cada vez más de mi ello infantil para darme por completo a una causa o una persona a las que entrego libremente mi amor. El amor me exige aprender a centrar mi atención en las necesidades de aquellos a quienes amo, lo cual me exige tener la suficiente sensibilidad para escuchar. Cuando preguntaron a Sigmund Freud la definición de salud mental y emocional, dijo: «Es la capacidad de trabajar y amar». Y Alfred Adler decía que «todos los fracasos humanos son resultado de la falta de amor». Cada vez hay más psicólogos que valoran la capacidad de intimidad. Las personas con escasa capacidad para las relaciones de amor tienen diez veces más probabilidades de ser consideradas psiquiátricamente enfermas. La evidencia experimental de los efectos discapacitadores de una vida sin amor se encuentra en la consulta de todo psiquiatra: llena de niños y adultos sin conciencia de su valor, sin sentido de identidad, llenos de odios y de miedos, y torturados por la ansiedad. El amor es costoso, pero las alternativas son mortíferas. Considerado por Publishers Weekly como uno de los autores más populares de nuestro tiempo, JOHN POWELL, catedrático emérito de la Loyola University de Chicago, licenciado en lenguas clásicas, así como en inglés, filosofía, psicología y teología, es autor de numerosos libros, entre ellos ¿Por qué temo decirte quién soy? (16 ediciones), publicado por Sal Terrae.