Keira ama lo que hace: fabricar sus propios dulces en su pequeña chocolatería en la Valerie Lane. Sus chocolates caseros, son tremendamente populares entre niños y mayores. A Keira, con tantas golosinas a su alrededor, le resulta difícil resistirse. ¿Y qué? A ella no le avergüenza ni su amor por el chocolate ni su figura curvilínea. Desafortunadamente, su novio tiene una opinión muy distinta. Por suerte, Keira cuenta con el apoyo de sus amigas, y, además, hay un cliente encantador que últimamente ha estado frecuentando la tienda de Keira muy a menudo