Es verano en la ciudad, y el perrito no soporta las aceras quemando, el ruido de las obras, la gente constantemente encima... No puede más, y al final se planta. Su dueña lo entiende y toma una decisión: lo coge en brazos, llama a un taxi, luego suben a un tren, a un barco, y finalmente llegan a la playa. Aquí, un perrito puede correr. Un refrescante álbum sobre la necesaria escapada de este perrito y su dueña. Cuenta con ilustraciones fluidas, texto lírico y dos personajes principales que dejarán cautivado al lector de esta historia. Esta es una escapada a la playa que querremos vivir y revivir.