El sexo tiene sintaxis, igual que el lenguaje. Y tiene géneros, igual que la literatura. El sexo es verso y prosa, pero también es una partitura, un lienzo y un escenario. En el sexo hay solistas, virtuosos y hasta plusmarquistas. Es a la vez una carrera, una partida entre contendientes y una exhibición. Es un arte, una competición, una ciencia y un negocio. El sexo, en resumen, es cultura.