En un diálogo continuo con la tradición filosófica, Zubiri va página a página describiendo el acto de la intelección humana y desmontando el cúmulo de hipótesis y teorías que subyacen al llamado «problema del conocimiento». Zubiri consigue descubrir, mediante el recurso a un procedimiento puramente descriptivo, en qué consiste el acto humano por excelencia, la intelección. La intelección humana, dice Zubiri, no es una síntesis trascendental, sino algo más simple a la vez que más radical, la mera actualización de lo real en la inteligencia sentiente.