Esta curiosa, divertida y documentada investigación sobre el mundo de la delincuencia, la marginalidad y la picaresca en la España del siglo XVII cubre las múltiples variedades de la mala vida, desde el simple parásito o el mendigo hasta el rufián, pasando por prostitutas y celestinas, gentes de oficio turbio, el descuidero, el ladrón profesional, el asesino a sueldo o el bandolero organizado en cuadrillas. José Deleito y Piñuela describe los bajos fondos sociales, los tipos varios del hampa matritense, los pícaros de novela y los de la realidad, el mundo del juego y de la prostitución, las meretrices ambulantes y las organizadas en burdeles, así como todas las derivaciones imaginables de la "sensualidad ilícita". El cuadro de "La mala vida en la España de Felipe IV", extendida a todas las clases sociales y por toda la Península, parece discrepar a primera vista de la imagen de piadosa religiosidad imperante en la época. Sin embargo, no son de extrañar casos como el ladrón que creía servir a Dios en su oficio, la ramera devota de la Virgen o el asesino que mataba a sus víctimas no sin antes forzarlas a la confesión.