Un mundo campesino tan resistente a la historia, tan sensual y tan imprevisible como el pueblo de Macondo en Cien años de soledad. «John Berger escribe sobre aquello que es importante, y no simplemente interesante. Es para mí una figura sin rival en la literatura contemporánea en lengua inglesa». Así define Susan Sontag la obra de un escritor que, pese a su adscripción a la izquierda marxista y su constante rechazo a la institucionalización, es una figura clásica de las letras británicas. John Berger (Londres, 1926) ha trazado en Puerca tierra «los rasgos de un mundo campesino tan refractario a la historia y tan sensual como el Macondo de Gabriel García Márquez», según destacaba The Washington Post. Los textos que componen el libro condensan todas las cualidades de su autor: claridad en el lenguaje, sensibilidad extrema para la luz y el color y compromiso continuo con aquellos cuyas vidas se han visto sepultadas por la llamada «prosperidad europea». La crítica ha dicho...«Berger evoca con una extraordinaria sencillez un mundo campesino tan resistente a la historia, tan sensual y tan imprevisible como el pueblo de Macondo en Cien años de soledad.»Washington Post «Al registrar con fidelidad las estaciones de la puerca tierra y buscar al campesino francés en sí mismo, John Berger revela algo elemental en todos nosotros.»The New York Times «Bella, poética, cautivadora... Una obra maestra.»New Republic «Fue la voz de los frágiles, residuos del mundo moderno a los que su obra otorgó dignidad de reyes... Poeta, novelista, ensayista y crítico de arte, toda su obra literaria es el testimonio de alguien que contempla un universo que se desvanece ante sus ojos.»Javier Rodríguez Marcos, El País «Un autor esencial [...] La mirada de Berger era tan profunda como diversa... Una mirada humanista, rebelde y serena al mismo tiempo, la de un renacentista [...] En pocos autores se ha producido la fusión que él logró entre imagen y escritura.»Pedro Antonio Curto, El Comercio «Fue el Leonard Cohen de otra clase de rotunda melancolía: la de la tristeza (social, íntima) que provoca el auténtico saber en mitad de la sociedad capitalista de fauces abiertas y hambre incansable[...] Era un activista, su literatura viene de ahí, del compromiso a la manera de Albert Camus, de la protesta, de la obsesión con el poder y sus lepras.»Diego Medrano, El Comercio «Uno de los autores más irreverentes del siglo XX.»Elena Hevia, El Periódico de Aragón