Dos relatos que son la cara y la cruz del apocalipsis. En la primera, aún no ha ocurrido;en la segunda, ya es una realidad. En una de ellas, el héroe aún lucha por la humanidad;en la otra, el protagonista ha perdido toda esperanza y no le queda (casi) nada. Dos relatos escritos por mí, para mí y con los que invito a todo el que quiera echar una ojeada y pasar un buen rato, porque, aunque todo parezca tener mala pinta, siempre puede verse de una forma más desenfadada.