Nuestra pequeña protagonista vive en el GRAN MANZANO. Allí crecen, al calor del sol, las mejores manzanas de la sidra. Son godas, rojas y brillantes, muy diferentes a nuestra manzanita, que es pequeña, flacucha y de color pardusco. Eso la hace estar triste, porque quiere ser como las demás. Pero pronto entenderá que su diferencia la hace muy especial. Valores implícitos Este cuento nos enseña que nunca debemos juzgar por las apariencias, ni dar por hecho que ser diferente es algo malo. Debemos ser amables y ponernos en el lugar de los demás, haciendo ver a la otra persona que su diferencia puede ser una virtud.