Hace un año, la vida de Isabelle Drake cambió para siempre: su hijo pequeño, Mason, fue robado de su cuna en medio de la noche mientras ella y su esposo dormían en la habitación de al lado. El caso rápidamente perdió interés de la policía: había poca evidencia y ninguna pista. Sin embargo, Isabelle no puede descansar hasta que le devuelvan a su bebé. Excepto por una siesta ocasional o un pequeño desmayo en el que pierde la noción del tiempo, no ha dormido en un año. Toda su existencia gira en torno a encontrarlo, pero sabe que no puede seguir así para siempre. Con la esperanza de descubrir alguna pista, acepta ser entrevistada por un podcaster de crímenes reales, pero su interés en el pasado de Isabelle la pone nerviosa. Sus incómodas preguntas, junto con el severo insomnio le traen a Isabelle recuerdos oscuros de su propia infancia. Comienza a dudar sobre qué es lo que pasó realmente la noche de la desaparición de Mason, comienza a desconfiar de todos... incluida ella misma. Pero está decidida a descubrir la verdad sin importar a dónde la lleve.