Notas para una cartografía imaginaria de los fiordos, segundo libro de Emilia Pequeño Roessler, explora las dimensiones corporales y hápticas de un paisaje imaginado, mas no conocido por la voz de la hablante: los fiordos. A partir de la pregunta por este fenómeno geográfico, en analogía con el cuerpo otro de quien se ama, la autora construye una cartografía imaginaria y una reflexión respecto a lo que el ejercicio mismo de cartografiar significa en términos de afectos, memoria, lenguaje, símbolos y representación. Este libro se ubica, ante todo, en una pregunta por el amor y los modos de amar. En la trasposición de cuerpos, flores, animales y trayectorias se reconoce la extrañeza y la imposibilidad de la mirada para aprehender la experiencia. Pequeño entra en diálogo con las escrituras sobre el paisaje y los afectos de autoras como Gabriela Mistral, Guadalupe Santa Cruz, María Negroni, entre otras, poblando esta cartografía de una multiplicidad de voces que recorren los modos de conocer el territorio.