Leer proviene de la palabra latina legere, cuyo significado es el de escoger, elegir o seleccionar, incluso el de preferir, optar o decidirse por. Lectocracia es una oda al ejercicio y la práctica de la lectura como fundamento del espíritu crítico, del pensamiento capaz de trascender las convicciones más larvadas, las certidumbres más escondidas, todo aquello que aceptamos irreflexivamente como un a priori incontestable y que es tan difícil de reconocer como tal precisamente porque duerme agazapado entre nuestras evidencias más irreflexivas. Un ensayo literario sobre la importancia y la democratización de la lectura, sustentado en citas curiosas, autores de culto, anécdotas históricas, que reclama la vigencia de la utopía humanista y rescata los principios de la ascesis lectora compuestos de paciencia y tenacidad, indagación y reflexividad, contención del juicio y escucha activa.