Cuando Crispín, lord Cavratt, besa a una sirvienta en una posada, no espera que eso tenga consecuencia alguna. Sin embargo, la joven no es una sirvienta, sino una dama por nacimiento, además de la sobrina de un caballero muy enfadado, que afirma que Crispín ha comprometido a su sobrina más allá de toda redención. Así que no le queda más remedio que casarse con la señorita Catherine Thorndale, que carece tanto de dinero como de refinamiento y asume que todos los hombres son tan crueles como su tío. Atrapado en un matrimonio no deseado y cuya anulación dejaría su reputación dañada y la de Catherine destrozada, decide ocuparse de que su esposa cambie sus modales de campesina y se convierta en una dama. Y mientras se van conociendo, ambos se preguntan si aquello, al final, podrá ser un matrimonio de verdad. ¿Lo conseguirán a pesar de ser tan distintos