La intervención de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial tuvo su efecto sobre todos los niveles de la sociedad, hasta entonces dividida entre la intervención y la neutralidad. Pero en 1942 la guerra ya ha empezado y de pronto un comentario casual, un telegrama del jefe, y tanto X-9 como su socio Wild Bill dejan atrás el caso en curso y se marchan a Honolulu, donde X-9 sufre el ataque de un submarino y Bill, en off, tiene una aventura contra los japoneses. Así de divertida es la vida del agente secreto, como bien puede atestiguar James Bond 007. Los cómics de prensa son un ejercicio de jazz improvisado día a día, y en este caso eso les da una sorprendente frescura a las historias: nunca sabemos qué va a pasar, cómo van a terminar, y sobre todo qué femme fatale de las que asoman a las historias se revelará como amiga o enemiga, mala o buena, agente doble o triple.