Aunque pretendamos taparlo de mil formas distintas, es evidente que seguimos aferrados a modelos de conducta anticuados y desfasados tales como el insulto, la denigración, la mentira, la crítica, etc. Maneras de proceder que no acabamos de abandonar cuando urge que lo hagamos porque lo «viejo» sirve para resistir pero no para avanzar. Estamos perdiendo, retrocediendo. Se nos llena la boca hablando de progreso pero la verdad es que no evolucionamos. ¿Cómo lo vamos a hacer si no paramos de enfrentarnos a nosotros mismos Necesitamos una visión global de lo que somos como grupo: humanos. Todo es cuestión de organizarse y establecer unos mínimos para todos. Por este motivo se hace necesario que cada uno ocupe su lugar.