Hay quien no entiende por qué Mara no sale de casa. Ella, en su encierro, escribe cartas a un destinatario misterioso en las que, poco a poco y con sencillez, desnuda sus pensamientos y emociones acerca de su pasado y su día a día. A medida que Mara avanza en su escritura, el lector se asoma a la ventana de la casa cerrada.