Para despertar la curiosidad de las niñas y de los niños hay que dejar entrar la sorpresa, la emoción, el juego y la diversión. De esta manera se conseguirán aprendizajes significativos que serán eternos de por vida. Además, en la infancia se necesitan experiencias que pongan a punto todos los sentidos y que ayuden a los peques a descubrir el mundo, por eso es imprescindible que tengan la oportunidad de observar, de tocar, de experimentar, de moverse y de jugar. En este libro os mostramos diversos recursos y actividades sensoriales que suscitan la curiosidad de los niños y de las niñas. A través de estas pueden inventar, imaginar y sentir cuando juegan en libertad. Por eso es importante crear invitaciones al juego donde se cuida la selección de los materiales y de los soportes y donde se tiene en cuenta la estética y la belleza, ya que se trata de cautivar a los peques desde el primer instante. La emoción activa el deseo de aprender entonces, ¿por qué no empezar abriendo la puerta de su curiosidad