El contenido de este libro se desenvuelve en los territorios que definen los verbos mirar, morar y cuidar. En sus textos se reivindica la mirada que las mujeres han proyectado sobre la arquitectura y cómo, a través de sus ojos y de sus acciones, se ha expandido el campo de la disciplina y la manera en la que habitamos el mundo que nos rodea. Ver para entender y entender para hacer. Los textos se organizan, a su vez, en tres capítulos, cada uno de los cuales podemos enlazar con los verbos precedentes: "Las arquitectas me explican cosas" nos habla de la importancia de mirar para hacer visibles a esas arquitectas ocultadas o ignoradas por la historia. "Aquí sí bordamos cojines" pone el acento en cómo la mujer ha cambiado la forma de morar y ha incorporado nuevas herramientas y temas a la arquitectura. "Una calle propia" reflexiona sobre la necesidad de cuidar nuestras ciudades para que sean igualitarias e inclusivas y sirvan a todas las personas con independencia de su género, sexo o edad. Ser arquitecta es una forma de mirar individualmente y de morar y cuidar colectivamente.