Existe una cierta confusión sobre lo que significa ser creativo. Ser creativo no es sinónimo necesariamente de genial. Tampoco hace falta ser excéntrico para ser creativo. Y se puede ser muy creativo y no tener talento para las artes plásticas. No hace falta pensar en cosas raras para tener buenas ideas. Ser creativo es tener ideas nuevas y útiles, nada más y nada menos. La creatividad es necesaria en la vida, tanto en el trabajo como en el ocio, para aprovechar oportunidades, desarrollar fortalezas, prevenir debilidades y afrontar amenazas. Sin llegar a ser un genio, se puede aprender a ser más creativo. Ello depende de tener una actitud creativa, de conocer los factores que pueden fomentar e inhibir la creatividad y de la potencia con que se empleen los nueve motores de esta (observar, analizar, conectar, transformar, trasplantar, imaginar, cuestionar, eliminar y recuperar) para tener y aplicar ideas con el fin de lograr mejoras económicas, organizativas o psicológicas. Este es, ante todo, un libro práctico. A lo largo de 23 apartados ofrece 143 pautas concretas sobre cómo ser más creativo. Se expone por qué la actitud creativa es fundamental para crear valor, qué factores pueden fomentar e inhibir la creatividad y cuáles son los motores que nos permiten desarrollar nuestras capacidades para ser más creativos. Todos los apartados finalizan con ideas prácticas e indicaciones sobre cómo ser más creativo, aplicables al trabajo, el ámbito empresarial y la vida en general.