Desde tiempo inmemorial en el rural gallego existía una actitud social totalmente reprobable. Emanada de la moral reinante, a toda aquella persona o personas que, realizaban un acto que, según la opinión de los vecinos o, simplemente, de alguno de ellos que fuera significado, estaba en desacuerdo con el sentir de los demás, se les desterraba de la comunidad. Ese hecho se le denominaba con el calificativo de EXCOMULGADOS. Esa injusta figura social no hace demasiados años que desapareció. Los personajes que protagonizan uno de los relatos que contiene este libro, sufrieron esa horrible humillación: Daniel y Adelaida fueron excomulgados por el delito de amarse.