Anya está a punto de convertirse en la protectora de las polillas lunares, unas criaturas luminosas que polinizan la Flor Nocturna una vez al año. Este árbol otorga bendiciones a la aldea de la noche, y ayuda a sus habitantes a sobrevivir. Ser la Guardiana de las Polillas es un gran honor, pero también una gran responsabilidad. Conlleva pasar las noches sola en el desierto, bajo la tenue luz del farol. Aun así, Anya está deseando probar su valía y mostrar su agradecimiento a toda la aldea. Peroà ¿valdrá la pena semejante esfuerzo Las gélidas noches de invierno, la impenetrable oscuridad, la renuncia a los seres queridosà desatarán los deseos de Anya de experimentar aquello que ha anhelado siempre en secreto, aunque quebrante así la fe que toda la aldea ha depositado en ella.