Lev Tolstói es uno de los mejores escritores de todos los tiempos. Su capacidad para reflejar el alma humana en toda su extensión, con claros y oscuros, con defectos y virtudes, con esa capacidad tan nuestra de hacer el bien más absoluto o el mal más despiadado, le concede la fuerza que él impregna a sus palabras y hace que sus piezas se conviertan en pequeñas obras maestras justo en el momento de ser escritas. Este magnífico autor ruso despliega genialidad por todos sus costados. Sus relatos son diminutos artefactos en busca de la verdad, son sucesos que nos golpean la razón, haciéndonos reflexionar durante un buen rato, convirtiéndonos en mejores personas simplemente por eso, dado que nuestra reflexión va acompañada de todas las ideas que Tolstói ha incluido en ese universo literario. No son cuentos moralizantes, son narraciones donde el lector descubrirá, por sí mismo, los valores necesarios para que la historia de su vida acabe con final feliz.