Esta es una obra extensa, con una amplitud de temas organizados no en su orden cronológico de escritura, sino en el de la propia vida: los que tratan de la infancia, de la amistad, del amor, la madurez y de la percepción de la muerte. Como poeta, Eduardo distingue en su madurez poética lo «guerrero», lo «castizo», lo «reflexivo» y lo «trascendental»;pero sin determinar a qué etapa particular y concreta de su vida corresponde cada cual, como el niño que puede reflexionar sobre la muerte o el adulto que se siente niño y juega con las palabras y los versos Ramón Alcaraz García Me ha parecido una poesía muy natural, con el artificio justo para hacerla elevada. Me ha procurado una gratísima y amable lectura. Enrique Gracia Trinidad dad