La sociedad determina qué se espera de una criatura y fuerza que se cumpla: cómo tiene que ser, qué tiene que hacer, cómo se tiene que comportar, qué intereses debe tener, qué sentimientos debe manifestar, a quién debe querer, cómo se tiene que ver a sí misma y cómo tiene que ver a las otras personas, qué relaciones debe establecer, qué proyectos de vida debe tener... No obstante, como personas que educamos, apostamos por una educación que respete a cada criatura y sus diferencias;una educación que tiene que proporcionar a cada una la posibilidad de construir su identidad sexoafectiva, sexual y de género sin supeditarse ciegamente a los condicionantes de su sociedad.