Los forasteros que llegaban a la comarca de Los montes, un lugar que siempre estuvo en el fin del mundo, a orillas del Guadiana y a los pies de los Montes de Toledo, tenían la sensación de que el camino que les había llevado hasta allí fue trazado para que nunca tuvieran la osadía de volver a andarlo en el sentido contrario y se quedaran en ese territorio para siempre. El siglo XX llegó también, como un forastero más, a La Heredad, el corazón de la comarca. Al principio apenas se dejó notar, asomando tímidamente en las vidas de los dueños de todo y en las vidas de los que no tenían nada. Luego, al igual que en toda España, arrasó esta tierra con cambios que nadie era capaz de entender. Unos quisieron evitarlos y a otros se les desbocó la impaciencia por hacerlos realidad. Llegaron la República y la Guerra Civil. Las heridas de los que sobrevivieron permanecieron abiertas muchos años y dejaron cicatrices que no se borraron hasta varias generaciones después. Esta obra narra la historia de los Venecia, los Cifuentes, los Calatrava y los Garrapata, que es la historia de los jornaleros y los caciques, de los maquis y los guardias civiles, de los que salieron adelante y los que se rindieron, de los que perdonaron y los que no pudieron perdonar, de los que olvidaron y los que nunca supieron qué debían olvidar y qué recordar. Es la historia de un paisaje ficticio de la Extremadura más desmesurada y real.