El confesor real ha despertado siempre interés entre historiadores y literatos. Comúnmente, se lo ha visto como un personaje en la sombra que ejercía gran poder sobre los monarcas a través de la dirección de su conciencia, y no pocas veces se le ha adjudicado la responsabilidad de graves decisiones de gobierno. Más allá de las especulaciones y leyendas, este libro pretende ahondar en el conocimiento histórico de una figura que, ciertamente, tendría mucho peso en la corte de los reyes de España en los siglos de la Modernidad y cuya relevancia se fue gestando en el Medievo. Especialmente importante es la época de los Trastámara en la Corona de Castilla y León, tiempo en el que el cargo del confesor real fue perfilándose y apareciendo de forma más nítida en las fuentes, hasta culminar en la existencia de personajes de la talla de Lope de Barrientos, Hernando de Talavera o Francisco Jiménez de Cisneros, entre otros. El presente libro analiza la trayectoria vital de estos hombres, los perfiles comunes que existen entre ellos y cómo pudieron llevar a cabo la guía espiritual de los reyes castellanos.