Amalia tiene una plácida existencia.Está casada con un buen hombre, tiene dos hijos mayores que se han independizado y vive en una cómoda casa en una zona residencial.Una mañana de domingo suena el timbre y al abrir la puerta se da de bruces con una asombrosa visita que dará la vuelta a su mundo irremediablemente.Con un lenguaje irónico, es ella misma quien narra su traves¡a hasta encontrarse con una Amalia que ni siquiera sab¡a que existiera.