Europa, 1933. Un detective llega a una antigua mansión neogótica, reconvertida en hotel, para investigar la desaparición de uno de los empleados. El edificio está aislado en medio de la montaña, rodeado por una inmensa arboleda que lo devora con cruel lentitud, escapar a pie resulta imposible, un verdadero suicidio, y la casa tampoco dispone de ningún vehículo. No hay rastro alguno del desaparecido, nadie sabe nada acerca de su paradero, y aunque todos, huéspedes y empleados, aparentan tristeza y desasosiego, continúan con sus vidas como si nada hubiese ocurrido. Cuando el detective inicia sus pesquisas no tarda en descubrir que en aquel lugar hay un secreto mucho más profundo.