Desde finales de la década de 1980, la teoría dominante de los orígenes humanos ha sido que una «revolución cognitiva» (hace 50.000 años) condujo al advenimiento de nuestra especie, el Homo sapiens. Como resultado de esta revolución, nuestra especie se extendió y reemplazó a todas las especies arcaicas de Homo existentes, lo que finalmente condujo a la superioridad de los humanos modernos. O eso creíamos. Como explica Clive Finlayson, los últimos avances en genética demuestran que hubo cruces significativos entre los humanos modernos y los neandertales. Todos los no africanos de la actualidad portan algunos genes neandertales. También hemos descubierto aspectos del comportamiento de los neandertales que indican que no eran cognitivamente inferiores a los humanos modernos, como alguna vez pensamos, y de hecho tenían sus propios rituales y formas de arte. Finlayson, quien está a la vanguardia de esta investigación, relata los descubrimientos de su equipo, evidenciando que los neandertales capturaron aves rapaces y usaron sus plumas con fines simbólicos. También hay pruebas de que los neandertales practicaron otras formas de arte, como indican los grabados recientemente descubiertos en la cueva de Gorham en Gibraltar. Relacionando todos estos hechos, El neandertal inteligente arroja una nueva luz sobre los neandertales y la «revolución cognitiva». Argumenta que no hubo revolución, el comportamiento moderno surgió de forma gradual e independiente entre las diferentes poblaciones de humanos modernos y neandertales. Incluso algunas prácticas de los neandertales fueron adoptadas por los humanos modernos. Clive Finlayson da un vuelco a las teorías clásicas sobre los orígenes humanos y nos plantea importantes preguntas sobre quiénes somos realmente.