El Tirol suele asociarse con verdes montañas cubiertas de pastos alpinos y chalés con balcones floridos, con el eco del yodel de un hombre en pantalones cortos de cuero, con platos copiosos coronados con salchichas humeantes. Sin embargo, el Tirol sorprende por su diversidad. Verdadero corazón de Europa, el Tirol se divide entre Austria e Italia e incluso combina armoniosamente las culturas germánica y latina para ofrecer una identidad propia, incluida una de las lenguas más raras de Europa, el ladino, hablado por unos 30 000 hablantes. Los paisajes son montañosos, por supuesto, ¡pero qué variedad! Lagos de aguas cristalinas, dolomías con macizos rocosos que parecen gigantescos colmillos que alcanzan el cielo, viñedos que languidecen en las laderas de las estribaciones. Y una tierra de arte e historia: ciudades de elegancia barroca y clásica, calles pintorescas con fachadas de colores, fortalezas medievales. En definitiva, un destino rico y seductor, donde la hospitalidad de sus habitantes le conquistará.