Sin cuerpo no hay texto. Sin cuerpo no se puede narrar una historia. En el cuerpo está alojada la memoria más fuerte de todas, los grandes traumas, las satisfacciones, los rasguños de la vida cotidiana y las marcas, hasta la más pequeña de todas. Así, Julia, Clara, Juan, La Turca, Vera y Ricardo (hay que nombrarlos porque ellos son la novela) quedan desnudos en estas páginas con todas sus miserias y anhelos, con sus historias cruzadas, crudas, sin censura. Con todo ese deseo que hace que el mundo avance y retroceda, que castiga con dicha y angustia. Sin juzgarlos, exponiéndolos en todo su erotismo, su violencia, incluso su potencial de muerte. Quisiera amarte menos es una novela sobre cómo el amor puede destruirlo todo y, a su vez, ese acto de destrucción puede refundar un amor nuevo. Es un texto sexual y violento, pero contiene muchísima ternura. Goransky no teme profundizar en las fantasías que se alejan de la corrección política, y propone más preguntas que respuestas, porque todas y todos somos capaces de llegar al límite. La diferencia entre actuar y no actuar está, a veces, mucho má