Junto con El Célibe y Plegaria por un niño olvidado, La leona que quiso ser gacela completa la trilogía que tiene como protagonistas a la pareja formada por Michael Fogherty y Kelly OBrien, además de otros personajes como Molly, hermana de Michael, y algunos más, entre los que destaca un grupo de sacerdotes y otro tanto de monjas que a pesar de no parecerse nada entre sí, unos y otras comparten un montón de vicisitudes que a no dudar harán las delicias de los lectores.Si algo tienen en común las tres novelas es que en todas ellas se plantean dramas humanos, y no sólo eso, sino que también se hacen evidentes las diferentes actitudes, formas de pensar e incluso intereses contrapuestos que siempre gravitan en torno a cualquier problema que afecte a los individuos en particular o a la sociedad en general.En esta tercera entrega se nos presenta una historia que, por desgracia, hoy en día comparten millones de personas en todo el mundo: una joven mujer que, después de haber sido víctima de innumerables tropelías en su propio país, tiene que enfrentarse a la incomprensión, a la explotación, e incluso a la manifiesta hostilidad de quienes siguen empeñados en hacerle la vida imposible una vez que, tras haber logrado huir, se ve obligada a permanecer en otro país extraño para ella en condiciones más que precarias.Pero como no podía ser menos, tanto Michael como Kelly y otros harán lo posible y lo imposible para que los problemas de dicha persona se solucionen por completo, y de esa forma se pueda garantizar un final feliz que, además, va acompañado de una trama en la que no faltan la ironía y las situaciones hilarantes.