Las tecnologías digitales han transformado el mundo y han generado diversos tecnomundos. También tecno-personas. El poder tecnocientífico se ejerce desde las «Nubes» digitales y aporta nuevas formas de dominación de las personas, tanto físicas como jurídicas. Dicho tecnopoder tiende a superar el poder de los Estados y genera tecnopolíticas y destructivas tecnoguerras. L@s usuari@s de las tecnologías digitales en red, en su gran mayoría, son sierv@s de los Señores de las «Nubes». Estos tecnopatriarcas diseñan, desarrollan y controlan diversos sistemas tecnológicos digitales que dan base a las actuales sociedades del tecnocontrol y la tecnodominación, antes sociedades de la información y el conocimiento. Pese a la apariencia de libertad y autonomía en las redes sociales, el control de las tecnologías, los tecnolenguajes y los tecnodatos son la base de la nueva forma de dominación, que afecta ante todo a jóvenes y niñ@s, cada vez a menor edad. Para pensar esta revolución tecnocientífica se proponen las nociones de tecno-personas y tecno-mundos. Las actuales tecnopersonas son construidas mediante tecnolenguajes y tecnodatos. No tienen conciencia de sí, aunque pudieran llegar a tenerla si se liberasen del tecnopoder dominante. No son autónomas, sino heterónomas. Como primer paso hacia su emancipación, se reinterpreta y se amplía a los tecnomundos digitales la Declaración de Derechos Humanos de 1948. También se afirma el derecho al tecno-activismo, así como el acceso y apropiación libre de las tecnologías y de los datos tecnopersonales.