La filosofía no es sólo un conjunto de saberes sobre el mundo o la humanidad. Ésta es quizás la dimensión más conocida pero no la más importante. El estoicismo, el cinismo o el escepticismo, por poner algunos ejemplos, fueron movimientos que criticaron la lejanía de una filosofía dedicada a la elucubración y no a facilitar, acompañando, el poder tener una vida filosófica. Recuperar determinada actitud hacia nosotros y hacia nuestro mundo es recobrar también una vida filosófica. Todos estamos llamados a encaminarnos hacia ella.