Dicen de Walter Benjamin, célebre filósofo y crítico alemán, que «siempre erró por los confines de doctrinas que se combaten, en los linderos de la historia, la sociología, la estética y la teología» (H. Bianchiotti). Amigo de Scholem y de Brecht, acogido por Georges Bataille y Pierre Missac en París, tildado de «rabino marxista» y de «materialista mesiánico» a causa de su nuevo enfoque de la experiencia histórica, Benjamin es un autor del que todavía quedan muchos aspectos por descubrir. Hoy se multiplican los ensayos sobre su obra y las traducciones de sus escritos, pero faltaba una biografía que trazara la historia de esta vida agitada y describiera la evolución de su pensamiento, desde sus estudios sobre la tragedia y el teatro barroco hasta las cuestiones relativas a «la obra de arte en la era de su reproductibilidad técnica», la fotografía, la literatura, la arquitectura de las ciudades (los «pasajes» de París) y sobre todo el lenguaje, la mística y la filosofía de la historia.