Icaro es un tipo normal que solo quiere adquirir cierto hábito con la escritura. Para lograr sus fines decide escribir un diario novelado y observar cómo pasan sus días. Hasta ahí, sin incidencias. Entonces, de la noche a la mañana, su vida se enreda de un modo bastante inexplicable. La paranoia de su amante y vecina se apodera del ritmo de la historia y todo cambia.Es como si Polanski y Bukowski se uniesen para crear una vida, en plan Dr. Frankenstein. De esta peculiar forma, poco a poco, El diario de Icaro se sale de lo convencional y viaja entre géneros hasta sorprendernos con un final cargado de causalidad.