Allá donde la imaginación y la fantasía permiten que nos adentremos, habitan unos seres, diminutos y muy particulares, a los que todo el mundo llama duendes. Margarito era uno de ellos, pero un día su corazón le llevó a emprender un nuevo camino. Se puso su nuevo traje, desplegó sus alas yà ¡la naturaleza se llenó de amor y alegría!