Río de Janeiro, principios del siglo XX. Argemiro es uno de los hombres más respetados y deseados de la alta sociedad carioca. Rico e influyente, le prometió a su esposa en el lecho de muerte que nunca volvería a casarse. Para evitar toda tentación, cuando la necesidad de educar a su hijita y de poner orden en su hogar lo lleva a contratar a una gobernanta, esta ha de aceptar una condición: jamás se dejará ver por él. Pese a las críticas de su celosa suegra y a las habladurías de sus conocidos, el abogado se siente extrañamente atraído por la presencia invisible de esa joven que el destino ha puesto en su camino. La dulce alma de Alice se deja notar en cada rincón de la mansión, y la necesidad de verla empieza a tornarse imperiosa. ¿Quién esa intrusa que se abre hueco en su vida ¿Cómo será su rostro Y, sobre todo, ¿será Argemiro capaz de cumplir su promesa si alguna vez llegara a contemplarlo