Es más que nunca, el testigo ocular el que se expresa aquí, dejando discurrir el hilo de sus recuerdos como si de una confidencia se tratase. Como consecuencia de ello, se nos muestra un retrato diferente del Maestro y la revelación de los aspectos más ocultos de su enseñanza, viniendo a convulsionar una vez más numerosas ideas recibidas y resucitando de forma emotiva el Soplo de los primeros Tiempos Crísticos. Con esta obra Daniel Meurois nos entrega aquí un nuevo testimonio vivo, de primera mano, cuyo alcance sabrá alimentar el corazón de aquellos que siempre buscan dejar expresarse al Espíritu en ellos.