En el pasado, las empresas líderes ejercían su posición de superioridad desde la manufactura y la distribución. En la actualida, es el cliente quien tiene el poder en sus propias manos a través del smartphone. De ahí que las empresas que triunfen hoy día no serán las que vendan bienes y servicios, sino las que vendan experiencias basadas en las sensaciones percibidas por sus clientes. Así pues, gran parte del éxito de estas empresas radicará en aprender a escuchar a sus clientes y ser capaces de conocer sus necesidades y gustos para cautivarlos y obtener una ventaja competitiva y duradera que haga posible la sostenibilidad de sus proyectos.