Son dos planos de conciencia, los dos se han de aprender a mirar. Los dos son naturales, los dos tienen en sí mismos su función y su utilidad, cada uno tiene una forma de procesar la información y así pues, cada uno tiene, en sí mismo, una forma de identificarse con lo que mira y ve desde su realidad. Hay pues, una realidad externa y una profunda y no menos real. Las dos configuran la identidad íntegra del ser humano y por lo tanto, las dos se han de integrar en una misma Unidad.