«¿Acaso Simon Tanner no vagabundea, nadando en la felicidad, para no producir nada, a no ser el goce del lector?». Franz Kafka Cuando el poeta Christian Morgenstern leyó Los hermanos Tanner, la primera novela de Robert Walser, la recomendó a su editor con las siguientes palabras: «Este hombre hablará así mientras viva y sus libros serán un extraño y fascinante espejo de la vida». Al igual que en El ayudante y en Jakob von Gunten, sus otras dos grandes obras, la excepcional intensidad del autor suizo queda perfectamente plasmada en este trabajo de un novelista admirado en su tiempo por Kafka, Hesse o Musil y que hoy sigue siendo una referencia obligada en la narrativa europea del siglo XX.