Anna la dulce, obra clásica de la literatura húngara del siglo XX, es una novela profundamente conmovedora. Publicada por primera vez en 1926 y recibida con entusiasmo por los intelectuales de los cafés literarios de la época, es un hábil retrato de la crueldad y el vacío de la vida burguesa. La novela fue reconocida por autores de la talla de Thomas Mann como modelo de lenguaje y forma -por su elegancia y precisión-, y convirtió a Dezs" Kosztolányi en uno de los escritores más significativos de Europa del Este. La joven Anna es la heroína trabajadora y abnegada, la criada infeliz sometida por sus despiadados patronos. La trágica relación que mantiene con ellos se enmarca dentro del turbulento clima político de Budapest tras la Primera Guerra Mundial y donde, al mismo tiempo, su resistencia y su impactante acto final se describen con una acertada visión psicológica e histórica. Uno de sus grandes admiradores, el escritor Sándor Márai, la definió como «la única novela social húngara que registró la lucha de clases como debería ser, sin ´realismo social´, en toda su desastrosa realidad humana».